Ángel Haro: "La Voz Sumergida"
El 12 de agosto de 2000 en las gélidas aguas del mar de Barents, en pleno círculo polar ártico, el submarino nuclear KURSK, con 118 tripulantes a bordo, sufrió una explosión y se hundió a 100 metros de profundidad. Comienza así la historia trágica de un rescate imposible. Los dos batiscafos enviados para acoplarse a la escotilla del submarino fracasan. Se intenta con un tercero pero no hay éxito. El hallazgo de una nota informativa escrita dos días más tarde por el teniente de 27 años Dimitri Kolesnikov reveló al mundo que alguno de los tripulantes del KURSK había sobrevivido a las dos explosiones y se refugió en la popa, a la espera de un rescate que nunca llegaría. Inspirados en esta nota y la necesidad vital de lanzar la voz más allá de nuestro final se han creado estas imágenes y poemas, como canto al asombroso instinto de contar el mundo en un último acto consciente.